EL EFECTO PLACEBO

   De lo que voy a hablar en este artículo es del "efecto placebo" en la Homeopatía, pero no refiriéndome al "efecto placebo" con el que una mayoría de legos en la materia intentan descalificar y vilipendiar  tanto a la Homeopatía como a las Flores de Bach. Sobre este último efecto me remito solamente a los millones de escritos, tratados e investigaciones científica que al respecto hay publicadas (obviamente no me refiero a las investigaciones "científicas" patrocinadas por los laboratorios farmacéuticos). Sobre todo para esas personas que por falta de conocimiento propio dudan aún de su eficacia después de tres siglos de existencia luchando contra los grandes poderes mediáticos que gobiernan y manipulan todos los campos del Saber.

  Lean, infórmense pero sobre todo PRUEBEN. Hay un refrán muy certero, como casi todos: "Más sabe de la pimienta el que ha probado un grano que aquel que ha visto pasar toneladas de ellos". 

 La lectura sobre estás dos ramas de la ciencia médica tiene dos efectos sobre los interesados: El primero enriquece nuestro conocimiento intelectual, nuestra alma y nuestro espíritu; y el segundo nos da amplitud de miras permitiéndonos salir del estrecho margen en el que hoy en día, diría que como siempre ha sido, se intenta mantener a la ciencia en beneficio de unos cuantos social y económicamente interesados.  Voy a añadir un tercer efecto, no sólo se beneficiara la persona que lea o pruebe, será un beneficio del que se aprovechara todo el Universo.

  Y mi pregunta es ¿Y qué pierde una persona por leer e informarse? ¿Qué perdería un médico, un biólogo o un químico, por poner algunos ejemplos, por estar "bien informado" sobre estás ramas de la nueva medicina?

 Nada, al contrario saldría enriquecido como profesional y como persona.Y luego a elegir, pero ahora la elección es ya con libertad y con conocimiento.

 

 Ahora bien la idea es tratar sobre el efecto placebo dentro de la propia Homeopatía.

  Todo homeópata que se preste de serlo tiene como regla básica el principio del "remedio único" y de una "sola vez".

  Es decir debemos dar un sólo remedio, un sólo medicamento y la toma de este remedio ha de ser una sola vez. Si el remedio es el auténtico, el que más síntomas reúne similares a los síntomas de la persona enferma, es decir el "simillimun" con éste remedio será más que suficiente, al menos hasta la próxima visita. 

  Como decía si el remedio es el adecuado, el "simillimun", y la potencia es la correcta el enfermo sanará, no es necesario nada más.

  Este es uno de los cuatro principios fundamentales de la homeopatía.

 

   Ahora bien, aquí nos encontramos con un grave problema, el problema es el siguiente:

  - ¿ Doctor usted cree que con estos globulitos tomándolos una sola vez yo me voy a curar ?

 - Si, con eso es suficiente, confíe en mí.

 - ¿Seguro que con esto nada más me voy a curar?

 - Seguro, haga la prueba.

  Algunos la hacen otros ni empiezan.

 

  Y ¿Por qué?

  La respuesta es muy sencilla: "Somos animales de costumbres", tenemos una programación mental y cambiar esa programación mental no nos resulta fácil. Einstein decía: "Triste época la nuestra. Es más fácil desintegrar un átomo que superar un prejuicio".

   La persona que va a un médico convencional va con la idea y con la programación que cuantos más medicamentos le ponga más rápida y efectiva será la curación. Cuando salen de la consulta con una sola receta la persona sale con la cara casi compungida, mientras que si sale con cuatro o con cinco recetas el primer comentario es: "Que buen médico es".

 Y con esta filosofía, promocionada por los laboratorios farmacéuticos, es con la que la persona llega también a la consulta homeopática. 

 

  Recuerden siempre: "Más es menos, menos es más"

 

  Ocurre entonces que la persona con su prejuicio, con su programación mental pone una resistencia a la sanación que puede llegar incluso a contrarrestar el efecto positivo del remedio homeopático. 

  Ante esta situación el homeópata tiene que tomar sus medidas para que su tratamiento sea efectivo y para ello tiene dos posibilidades.

   La primera, que es la que comparto plenamente, es ser sinceros, o lo que es lo mismo, tratar a la persona como a una persona madura y responsable, y en consecuencia informarle con veracidad y sencillez de como funciona realmente esta ciencia homeopática.

  Ardua tarea esta porque la sinceridad es una cualidad de la persona, se posee o no se posee. Estamos trabajando con energías y si tú no posees la cualidad de la sinceridad como algo intrínseco a ti, si tú no vives en un estado de sinceridad, sinceramente te afirmo que no vas a poder convencer a una persona que llegue a tu consulta, por mucho que disfraces tus palabras y por mucho que las revistas. Simplemente es imposible, la persona te podrá afirmar con la cabeza diciéndote que si, pero te ha respondido con la misma moneda, ni más ni menos. Y es que aquí se encierra todo un principio, "Hasta donde tú estés de sano hasta ese nivel podrás sanar". No hay más. Así que debemos empezar por nosotros.

 

  La segunda opción que queda es la dar un efecto placebo, es decir los glóbulos o gotas sin la sustancia base, sin el remedio propiamente dicho para que la tome conforme las indicaciones que el homeópata le establezca y con la creencia de que es un verdadero remedio. 

  Y ya la persona se va contenta, feliz y se toma su tratamiento (el remedio auténtico y el placebo).

  Y se cura o no se cura, todo depende.

  Pero si el homeópata es un buen homeópata, una buena persona, tiene conocimiento y sabiduría  y la enfermedad tiene un "buen" pronóstico seguro que se cura.

 

   Con respecto a lo anterior, a  decir "La Verdad"

   Que bonito suena ¿Verdad?

  Otro refrán: "Más vale una verdad que duela que una mentira que te haga reir", pero, como bien dice el Kybalión, todo es dual, todo tiene su contraparte así que un refrán más: "Cada maestrillo tiene su librillo" y todos son respetables, obviamente unos más otros menos.

 

  Y las Flores de Bach ¿Qué papel juegan en este artículo?

Y si en lugar de dar esos glóbulos o esas gotas "falsas" diésemos un preparado de Flores de Bach.

  Sabemos que si bien ambas son semejantes también sabemos que igualmente tienen sus grandes diferencias, Las Flores de Bach son más sutiles en sus efectos y de "menos" eficacia a corto plazo y sobre todo de muy poca efectividad en enfermedades agudas que requieren de una pronta recuperación y casi nada en situaciones de urgencia. La Homeopatía es menos sutil, pero es única en enfermedades crónicas, muy efectiva en enfermedades agudas, realmente buena y eficaz en situaciones de emergencias y  actúa directamente tanto sobre nuestro cuerpo físico como sobre nuestra energía vital.

 

Dos verdaderas maravillas de la salud, cada una en su lugar. 

"Al Cesar lo que es del Cesar y  a Dios lo que es de Dios".

 

Suministrar en lugar del placebo las Flores de Bach ayudarían a trabajar aspectos más sutiles de la personalidad; sabemos que mientras la Homeopatía busca corregir el desequilibrio de la fuerza vital las Flores de Bach buscan cambiar la información negativa que nos está obstaculizando nuestro pleno desarrollo.

 Además con esta opción no estaríamos mintiendo, aunque sea una mentira piadosa y a corto plazo benéfica pero debemos tratarnos como adultos, lo merecemos, para  madurar como individuos y como sociedad. 

  Y luego que la persona decida, con conocimiento, con responsabilidad y con libertad.

    Una de las principales metas de la sanación es conseguir que la persona pueda decidir por sí misma, y para poder decidir con esa libertad y esa responsabilidad debe tener conocimiento de todos los elementos que están interviniendo en su proceso de vida.

 Lo otro, si bien es válido y efectivo, es un poco infantil.

 Los tiempos cambian, nosotros evolucionamos. Es otra época.

 A mi personalmente me gustaría me dijesen la verdad, información clara y precisa.

  

  El inconveniente estaría en que los efectos positivos de las Flores de Bach  pueden enmascarar en cierto sentido la acción terapéutica del remedio homeopático y que al homeópata le resultase más complicado saber hasta que punto ha actuado el remedio y hasta que punto las Flores. 

Pero creo que las limitaciones del propio terapeuta no deben ser un inconveniente para la sanación del ser. Y que en lugar de restringir las posibilidades de los remedios debemos agudizar nuestra percepción.

 

  Sanar es un arte, debemos recordarlo. 

 

   Las terapias alternativas forman parte de la poesía y la poesía no debe ni puede tener límites.

  En la India al médico ayurvédico se le llama "kaviraj", que significa "rey de los poetas".

 

  Para "prosa" está la medicina convencional, que también es necesaria. Debemos saber escribir en prosa. 

 

   Ahora bien...

   La poesía

   La verdadera poesía ya es otra cosa.

  La verdadera poesía es sólo para quien la entiende,

  para quien la siente,

  Para quien la vive.

  La verdadera poesía forma parte de un Don,

  del "Don" que nos otorgan al nacer. 

  Un Don muy bello que debemos saber cuidar y cultivar.

  Un Don que todos tenemos

  Pero que no todos vemos.

 

  Cuando levanto mi brazo y lo apoyo en su hombro en señal de bienvenida,

  con el corazón sincero y abierto.

  Cuando mi mirada y su mirada sonríen al compás .

  Cuando oigo con el alma sus silencios,

  Sus lamentos y sus pesares.

  Cuando miro el color de sus lágrimas.

  Cuando medito en su presencia.

  Cuando escribo

  Y cuando hablo.

  Cuando con mis palabras,

  O con mis silencios,

  O con mi Todo

  Le estoy diciendo:

  ¡¡Sí!! es posible.

  Estoy haciendo poesía.

 

  Al mismo tiempo cuando utilizo el repertorio, elijo el remedio ideal en la potencia adecuada, lo compruebo, lo reafirmo en la Materia medica y finalmente lo prescribo estoy realizando un acto científico propio de la "prosa" donde la física con sus fuerzas,el electromagnetismo y las fuerzas subatómicas de interacciones fuertes y débiles y  la química con sus reacciones van a actuar a través del remedio indicado poniendo en marcha el proceso  de recuperación y posterior sanación.

  Por eso es que la medicina sea considerada como ciencia y como arte. 

  Las dos deben caminar de la mano, unidas en un solo acto terapéutico. 

 Lo material y lo espiritual, lo terrenal y lo celestial, la luz y la oscuridad, lo consciente y lo inconsciente, la mente y el cuerpo, la salud y la enfermedad juntas, hermanadas superando la dualidad y creando una Unidad, un Todo Único e inseparable.

 

 Poesía y prosa.

 

 Podría resumirlo en: Arte alquímico.

 

 O bien en CON-CIENCIA

  

 

 

 

  Reunir Flores de Bach y Homeopatia; Dos genios unidos el Dr. Edward Bach y el  Dr. Samuel Hahnemann...

 

Mis respetos y mi admiración...