EL MAESTRO

EL MAESTRO

 

   Los maestros no enseñan la verdad. No hay forma de enseñarla.  Es una transmisión más allá de las escrituras, más allá de las palabras. Es una transmisión. Es energía provocando energía en ti. Es un tipo de sincronicidad...

   Tienes que acercarte al maestro con mucho amor, con mucha confianza, con el corazón abierto. Tú no eres consciente de quién eres, pero él sí lo es acerca de sí mismo... y de ti. Podría decirse que la oruga no es consciente de que puede transformarse en mariposa. Vosotros sois orugas: bodhisattvas. Todas las orguas son bodhisattvas y todos los bodhisattavas son orugas. Un bodhisattava es alguien que puede convertirse en una mariposa, alguien que puede convertirse en un buda; es una semilla de buda, un buda en esencia... La relación entre maestro y discípulo es la que hay entre una oruga y una mariposa: una amistad mutua. La mariposa no puede probar que la orgua es capaz de convertirse en mariposa; no hay manera lógica. Pero la mariposa puede provocar un anhelo en la oruga de que es posible.

COMENTARIO

 

   El maestro, en el zen, no es un maestro de otros sino un maestro de sí mismo. Cada uno  de sus gestos y cada una de sus palabras reflejan su estado de iluminación. No tiene metas privadas ni deseo de que las cosas tengan que ser diferentes de lo que son. Sus discípulos se reúnen a su alrededor no para seguirle, sino para absorver su presencia y sentirse inspirados con su ejemplo. Ante su mirada encuentran su propia verdad reflejada, y ante su silencio pueden entrar más fácilmente en el silencio de sus propios seres. El maestro da la bienvenida a los discípulo no porque quiera dirigirlos, sino porque tiene mucho que compartir. Juntos crean un campo de energía que apoya a cada individuo único en la búsqueda de su propia luz. * Si puedes encontrar un maestro así, eres bienaventurado. Si no puedes, continúa buscando. Aprende de los profesores y de los aspirantes a maestros, y reanuda tu viaje. " Charaiveti, charaiveti", dice Gautama el Buda: sigue andando.