----CHICORY---- (ACHICORIA)

   Los que piensan mucho en las necesidades de los demás; tienden a cuidar con exceso a los niños, a sus familiares, amigos, y siempre encuentran algo que enmendar. Están continuamente corrigiendo lo que les parece mal y disfrutan haciéndolo. Quieren estar cerca de las personas que les preocupan.

 

                      Dr. Edward Bach  (Los 38 Remedios)  



PERSONALIDAD POSESIVA, SOBREPROTECTORA

 

 

   Chicory es para aquellas personas que son exageradamente posesivas y cuya dedicación hacia los demás es totalmente egocéntrica y manipuladora. Estas personas de carácter fuerte esperan de los demás que encajen en su escala de valores; son críticas, entrometidas, y regañosas. Encuentran muy difícil dar sin esperar recibir.

 

  No les gusta estar solas y exigen la atención y el servicio constante de los demás, considerándolo un deber: un ejemplo típico son los padres dominantes y posesivos que dominan a los hijos adultos. Aunque de carácter fuerte se autocompadecen y ofenden con facilidad. Al verse frustadas, son impacientes y se deshacen en lágrimas. Algunas personas Chicory fingirán estar enfermas para llamar la atención -por ejemplo, la madre posesiva que manifiesta "dolores cardiacos" cada vez que la hija intenta marcharse de casa.

 

  Esta personas son a menudo, muy habladoras, dogmáticas y lo discuten todo.

 

  Chicory también es adecuado para los niños que desean atraer la atención de forma constante y desmesurada.

 

  El potencial positivo de Chicory se nota en personas que son capaces de cuidar a los demás desinteresadamente, ofreciendo un amor maternal verdadero. Dan sin esperar nada a cambio y permiten que sus seres queridos sean ellos mismos y que vivan sus propias vidas. Sintiéndose realizadas y seguras de sí mismas, no les hace falta las garantías de los demás para sentirse merecedoras de amor. Son personas afectuosas, amables, preocupadas por otros, y sensibles a las necesidades de otras personas.



   Esta planta muy ramificada alcanza hasta 90 m de altura. Crece en suelos pedregosos, campos improductivos y caminos abiertos. Sus flores estrelladas de un color azul brillante no se abren todas al mismo tiempo. Son muy sensibles y se marchitan enseguida de haber sido arrancadas.

 

Principio

 

   Chicory está relacionada con la capacidad anímica el sentimiento maternal y el amor abnegado. En el estado Chicory negativo estas cualidades se dirigen a lo negativo y se truecan en egoísmo.

   Hemos sido invitados a una reunión. Cornelia, la niñita de la casa que cuenta con nueve años, nos abre la puerta. Su aspecto es muy dulce con sus rizos que le llegan a los hombros y su primer vestido largo. Está encantadora. Los demás invitados comparten la misma opinión. Cornelia se solaza en su éxito y actúa condescendiente como una estrellita de cine. Sin embargo, cuando poco a poco el interés de los mayores se centra en temas más adultos, la cosa no parece agradarle, y con la excusa de querer llenar las copas vacías, revolotea de grupo en grupo y trata de inmiscuirse en su conversación. Cuando al dar las doce su mamá le dice que es hora de ir a la cama, la niña se enfada y prorrumpe en un sonoro llanto, con lo cual vuelve a atraer hacia sí la atención de todos los invitados. Este es el comportamiento característico de una criatura de tipo Chicory.

   Muchos niños necesitan Chicory. Desde la cuna se advierte que reclaman la continua atención de los miembros de la familia y reaccionan con malhumorados berridos cuando se les deja solos. De mayores, ya no logran nada con el llanto, apelan a otras tretas, a todos los recursos, desde la zalamería a enfermar e intentar pequeñas coacciones: "Hare mis tareas escolares, pero sólo si mañana puedo faltar a gimnasia".

   Chicory es un estado anímico negativo que no debe pasarse por alto y que siempre atrae energéticamente la compasión de los demás. Se presenta en ambos sexos y a cualquier edad y se basa sobre todo en querer ejercer influencia, tener exigencias, no querer abandonar ideas, cosas y sentimientos.

   Pongamos atención, por ejemplo, en cómo se saludan dos famosos tenores en una recepción: por fuera con jovialidad y acentuado espíritu de colegas, pero en su interior se adivina el pequeño Yo acurrucado y alerta para ver si el otro cosecha más muestras de simpatía que él. Este comportamiento es también típicamente Chicory.

    Las personas en estado Chicory negativo muestran una acentuada postura a la expectativa. A menudo, basta que aparezcan por la puerta para saber lo que desean. El ejemplo clásico de un estado Chicory negativo es la "supermamá" que subyuga a sus hijos con invisibles brazos de pulpo, y en los más débiles de voluntad deja traumas para toda la vida. constantemente preocupada por los asuntos de su familia y su ramificado círculo de conocidos, pretende inmiscuirse en todo. Organiza, critica, gobierna y dirige como una mariscala. Siempre tendrá algo que perfeccionar, proponer o censurar. Lema: "¡Sólo lo digo por tu bien!".

   La madre Chicory muy a menudo es infinitamente servicial, más aún, casi impone a la familia sus actos de bien, y cuidado con que no sean aceptados con gratitud. A los caracteres de acentuado matiz Chicory les gusta disponer de los sentimientos de la vida de sus allegados en una especie de íntimo orgullo de propietario.

   Las madres Chicory sólo se sienten bien el círculo de "sus seres queridos". Los hijos, ya adultos, deben viajar des muy lejos para pasar los días de fiesta con mamá para no decepcionarla, y si se oponen, la buena señora insiste tanto por teléfono que consigue hacerlos venir.

   No a todos les resulta fácil liberarse del amor de una madre tan posesiva. Algunos hijos y sus familias viven durante decenios bajo su influencia y pierden la oportunidad de realizar importantes progresos en su propia vida de pareja. Cuando, por fin, un hijo encuentra las fuerzas para liberarse, la madre Chicory manifiesta claramente su decepción. "¡Cómo puedes hacerme esto, después de todo lo que hice por ti!", se queja llena de autocompasión.

   Aunque usamos aquí a la supermadre para ejemplificar el estado Chicory negativo, también se da, por supuesto, con la misma frecuencia en los hombres.  Así, no existe casi ningún jurista sin este potencial.

   Detrás de cada estado Chicory hay un profundo vacío anímico, un vacío interior, a menudo la sensación de ser indeseable y no querido por nadie. De hecho, no pocas veces antecede a un estado Chicory negativo una infancia desprovista de amor. Algunos describen este sentimiento como un agujero negro o un tonel sin fondo que necesita ser llenado sin cesar con dedicación, reconocimiento y autoconfirmación. Para satisfacer esta necesidad en estado Chicory negativo, la persona pone en juego su recia voluntad y toda su destreza manipulativa. Como en un estado tan vacío uno mismo no puede dar amor, se sufre de inseguridad interior y variados miedos de perder.  Cuando a pesar de este déficit afectivo, se logra activar los sentimientos estos tienen inevitablemente carácter de inversión: "Te amo, a condición de que..." Una experta inglesa en el sistema Bach describe gráficamente el estado Chicory negativo como el The needy mother (la madre necesitada), en contraposición al estado Heather, "el niño necesitado".

  En los individuos acentuadamente Chicory existe en potencia una gran fuerza interior y auténtica capacidad de amar, que también se puede despertar si la persona está dispuesta a realizar un giro interior. Evidentemente, el agujero negro sólo se puede llenar con la fuente del amor que brota en nuestro interior, que fluye incesante de nuestra alma. Tan pronto ponemos abnegadamente esta actividad al servicio de los demás y el Gran Todo, de acuerdo con los mandamientos de nuestra alma, advertimos cómo esta fuente de amor divino comienza a manar y sentimos crecer en nosotros una fuerza y seguridad increíbles. Entonces ya no necesitamos imponer la dedicación y el amor, porque vendrán por sí sólo. Tampoco habremos de temer volver a perder esta dedicación, porque la fuente interior del alma no se agota.

   El propio Bach comparó el estado Cicory positivo con el arquetipo de la "madre universal", el potencial maternal del alma que está latente en todo ser humano ya sea mujer u hombre. Los esotéricos dan a este respecto la hipótesis de que en Occidente hay tanto individuos en estado Chicory negativo, porque se han separado de la conciencia demasiadas facetas de esta gran energía madre arquetípica y sólo se han concentrado en una, la más fácil de aceptar, la de la "virgen", personificada en la Virgen María, por ejemplo. Otra interesante reflexión esotérica es que los individuos que en muchas existencias han estado bajo la influencia universal de una "madre Iglesia" que exige abediencia incondicional, están especialmente predestinados a los estados Chicory negativos.

   En estado Chicory positivo, la gran energía maternal puede ser desembolsada positivamente, sacamos de lo que está lleno, podemos dar desinteresadamente, sin esperar una retribución o exigirla interiormente. Abogamos por los demás con auténtica entrega. Extendemos alas de calor, amabilidad y seguridad bajo las cuales otros seres pueden sentirse amparados.

   En la práctica, casi siempre encontramos en los casos Chicory una madre problemática, así como una cantidad de síntomas somáticos concomitantes, por ejemplo: manifestaciones patógenas de sujeción, manifestaciones de estancamiento de la energía en el dominio inferior, manifestaciones físicas de intoxicación emocional y espiritual.  Entre los antiguos egipcios la Chicory ya era considerada la amiga del hígado.

 

Síntoma clave del estado Chicory

 

  Postura posesiva de la personalidad que se inmiscuye y manipula en demasía. Espera una total dedicación por parte de los demás; cuando no se logra imponer la propia voluntad, se exterioriza una actitud de autocompasión.

 

Síntomas en estado de bloqueo

 

- Egoísmo, despotismo, postura excesivamente exigente.

- Cumple el papel de gallina clueca en cuanto a las necesidades, deseos y procesos de la propia familia y el círculo de amigos.

- El individuo siempre tiene algo que observar, proponer o corregir.

- Superprevisor, súper atento.

- Nunca hace algo sin reflexionar.

- Amor condicionado: "Te amo, si..."

- Intenta alcanzar mucho por la vía indirecta

- Manipula, procede con diplomacia, demuestra destreza en la táctica con tal de imponer la propia voluntad o conservar su influencia

- Coacciones afectivas

- Quisiera mantener lazos afectivos ya superados, por ejemplo, la realción madre-hijo, novia-novio, y otras

- Le cuesta perdonar y olvidar.

- Siente miedo tácito a perder amigos, relaciones o posesión.

- Se siente fácilmente relegado, postergado u ofendido.

- Autocompasión: "Nadie me quiere"

- Exagera en la descripción de la propia "miseria".

- En ocasiones se refugia en una enfermedad para despertar simpatía o ejercer influencia.

- Cuando no logra imponer la propia voluntad, se enoja y eventualmente hace el papel de mártir.

- Rompe en llanto por la ingratitud de los demás.

- Habla de lo que "el otro le debe".

- Niños que siempre reclaman atención.

- Problemática psicológica de madre.

 

Potencial en estado transformado

 

Arquetipo de la "madre eterna".

- Con gran amor y auténtica abnegación se preocupa por los demás.

- Se entrega sin esperar ni necesitar retribución.

- Calor, amabilidad, delicadeza; está cobijada en sí misma.

- Ofrece a los demás protección y seguridad.

 

Recomendaciones para las personas en estado Chicory

- Ejercicios de relajación física.

- Hacerse dar masajes.

- Ejercicios respiratorios para armonizar el corazón.

- Frases de programación positiva:

  "Doy sin exigir";

  "Libero lo que sujetaba";

  "Respeto los límites de cada individuo";

  "Saco de lo que está lleno";

  "Hallo seguridad en mí mismo";

  "Abro en mi provecho la fuente divina que hay en mí".




 ¿ Habéis conocido alguna vez a una persona que su vida prácticamente la dedica a dar ?

   Sin embargo ¿ Habéis notado también que ese dar no es totalmente sincero ?  ¿ Que a cambio algo os está pidiendo sin decirlo con total honestidad y total claridad ?

  A veces nos encontramos en nuestro camino con personas que con el afán de darnos, de protegernos lo que están buscando es llenar su gran vacío interior.

  Son personas que, por regla general, de pequeñas no han recibido amor, personas que han sido abandonas por uno de sus progenitores, o bien simplemente no han recibido la atención que un niño de corta edad necesita para luego poder vivir su edad adulta en equilibrio y armonía.

  Esas personas conforme van creciendo lo van haciendo con esa sensación de carencia, de abandono y creen, en lo más profundo de su ser, que eso va a seguir ocurriendo siempre; es por ello que intentan agradar a todo el mundo dando y dando aunque se lo tengan que quitar de ellas mismas, a cambio de ese dar hay un profundo chantaje emocional que termina convirtiendo a la otra persona, si no es lo suficientemente madura, en una persona dependiente física y emocionalmente. Con lo cual no sólo se están haciendo daño a si mismas, al no sanar esa herida producida por falta de amor,  si no que también  lo hacen a las personas más indefensas que hay a su alrededor. Sobre todo, cosa que suele ocurrir con frecuencia, si esas personas que la rodean son sus hijos pequeños.  Esa frase típica " Hijo si yo es que lo hago por tu propio bien..." Cuanto encierra esa frase.

   El dar debe ser siempre sin pedir nada a cambio, ya sea ese algo físico o emocional; el dar debe ser siempre buscando y respetando la libertad de la otra persona.

  Ahora bien, somos humanos y como tales estamos aquí, en este planeta, para aprender, para crecer y para evolucionar espiritualmente. Y como tal vivimos experiencias para poder aprender de ellas. Estás personas que han venido a vivir esta experiencia tienen que aprender la lección del DAR en su más amplia dimensión, ese dar altruista y cargado de amor. Esa suele ser su lección de vida. Y la tienen que aprender a través de esa primera experiencia del pseudo dar a cambio generalmente de un chantaje emocional.

   El Doctor Bach en sus investigaciones con las flores descubrió las cualidades benéficas de una de ellas que es ACHICORY. Esta flor está relacionada con la capacidad anímica del sentimiento maternal y el amor abnegado. Con esa capacidad que todo ser humano tiene de poder extender un manto de calor, amabilidad y seguridad bajo el cual otros seres humanos se pueden sentir amparados y seguros.

  Después de tomar esta flor en su momento adecuado la persona  descubre esa cualidad del amor pleno dentro de si misma. Y a partir de entonces siente el gozo y la plenitud de que puede dar sin necesidad de nada a cambio porque comprende que tiene cuanto necesita y aún más para poder repartir.


VOLVER AL INICIO